Aprende a gestionar el estrés
Tenemos una propuesta de auto tratamiento innovadora: Método Wingwave.
Wingwave® es una metodología de cambio profundo
Wingwave® es una metodología de cambio profundo para acompañar a las personas en procesos de gestión y superación de temas relacionados con el estrés y lograr un óptimo equilibrio emocional.
Es el método de acompañamiento con más investigaciones científicas realizadas en universidades de Alemania que demuestran sus buenos resultados para:
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- Transformar creencias limitantes.
- Potenciar la autoestima.
- Estimular la creatividad.
- Lograr objetivos sin estrés.
- Acceder a nuevos recursos personales.
- Superar fobias y ansiedad.
- Conseguir un óptimo equilibrio emocional.
- Tomar decisiones sin estrés.
- Prevención del "BurnOut".
- Preparación emocional y mental para retos: presentaciones en público, conversaciones importantes y mejorar la relación con compañeros de equipo.
- Gestionar de forma positiva la autoexigencia.
- Pasar de la procrastinación a la acción.
- Superar el estrés laboral.
- Resolver conflictos.
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¿Cuántas sesiones necesito?
La cantidad de sesiones necesarias para tratar el estrés varía de persona a persona, ya que depende de la gravedad del estrés y de la respuesta individual al tratamiento. En general, se recomienda un enfoque gradual y regular, lo que significa que puede requerir varias sesiones a lo largo del tiempo. Algunas personas pueden experimentar mejoras significativas después de unas pocas sesiones, mientras que otras pueden necesitar un tratamiento más prolongado. Es importante trabajar con un profesional de la salud mental para determinar la cantidad adecuada de sesiones necesarias para abordar el estrés de manera efectiva.
¿Quién controla el estrés?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o amenazantes. En última instancia, cada individuo es responsable de cómo maneja y controla su estrés. Sin embargo, existen diversas estrategias y herramientas que pueden ayudar en este proceso. Algunas técnicas eficaces para controlar el estrés incluyen la práctica de técnicas de relajación como la respiración profunda y la meditación, el ejercicio regular, la adopción de hábitos saludables de sueño y alimentación, establecer límites claros, manejar el tiempo de manera efectiva, buscar apoyo social y hablar con un profesional de la salud mental.
¿Dónde se acumula el estrés?
El estrés no se acumula físicamente en ninguna parte específica del cuerpo. Sin embargo, puede manifestarse en diferentes áreas físicas a través de síntomas como tensión muscular, dolores de cabeza, trastornos del sueño, problemas digestivos o dificultades respiratorias. El estrés también puede afectar el bienestar emocional y mental, causando ansiedad, irritabilidad, dificultades de concentración o cambios de humor. Cada persona puede experimentar el estrés de manera diferente, por lo que es importante prestar atención a los signos y síntomas individuales y abordarlos de manera adecuada.
¿Cuáles son los 6 tipos de estrés?
Existen diferentes tipos de estrés que pueden afectar a las personas de diversas formas. Algunos de los tipos de estrés más comunes son:
- Estrés agudo: Es una respuesta inmediata y breve a una situación estresante. Puede ser desencadenado por eventos traumáticos o situaciones de emergencia.
- Estrés crónico: Es una forma de estrés prolongado que puede durar semanas, meses o incluso años. Puede estar relacionado con problemas laborales, financieros o personales persistentes.
- Estrés episódico: Ocurre cuando una persona experimenta estrés agudo de manera recurrente. Estas personas suelen llevar una vida caótica y sentir que todo es una fuente de estrés.
- Estrés laboral: Se produce en el entorno laboral debido a la presión, la carga de trabajo excesiva, el acoso laboral o la falta de control sobre las tareas.
- Estrés emocional: Surge de eventos emocionalmente desafiantes, como la pérdida de un ser querido, problemas familiares o rupturas de relaciones.
- Estrés fisiológico: Es una respuesta del cuerpo a factores estresantes físicos, como enfermedades, lesiones o condiciones ambientales extremas.
¿Cuál es el estrés más común?
El estrés más comúnmente experimentado por las personas es el estrés cotidiano o el estrés común. Este tipo de estrés está relacionado con las demandas y presiones normales de la vida diaria, como el trabajo, los estudios, las relaciones personales o las responsabilidades familiares. El estrés cotidiano puede ser constante y acumulativo, y si no se maneja adecuadamente, puede contribuir al desarrollo de otros tipos de estrés más graves.
¿Cuáles son las fases del estrés?
El estrés se puede dividir en tres fases:
- Fase de alarma: Es la primera etapa en la que el cuerpo detecta una amenaza o un factor estresante. Durante esta fase, se activa la respuesta de "lucha o huida" del cuerpo, liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina para prepararse para hacer frente a la situación.
- Fase de resistencia: Si el factor estresante persiste, el cuerpo entra en la fase de resistencia. Durante esta etapa, el cuerpo intenta adaptarse al estrés continuo y mantener una respuesta de alerta elevada.
- Fase de agotamiento: Si el estrés persiste durante un período prolongado y no se encuentra alivio, el cuerpo entra en la fase de agotamiento. En esta etapa, los recursos del cuerpo se agotan y puede haber un deterioro físico, emocional o mental. Esto puede llevar a una mayor susceptibilidad a enfermedades, trastornos mentales o agotamiento total.
¿Cómo afecta el estrés en el cerebro?
El estrés crónico o severo puede tener un impacto significativo en el cerebro. Durante períodos prolongados de estrés, se pueden producir cambios en la estructura y función cerebral. El estrés crónico puede afectar el hipocampo, una región cerebral importante para la memoria y el aprendizaje, y reducir su tamaño y funcionamiento. Además, puede haber alteraciones en la comunicación entre las células cerebrales y un aumento en la producción de ciertas hormonas relacionadas con el estrés, lo que puede tener efectos perjudiciales en el estado de ánimo y la salud mental en general.
¿Cómo se detecta el estrés?
El estrés se puede detectar a través de diferentes señales y síntomas físicos, emocionales y conductuales. Algunos indicadores comunes de estrés incluyen cambios en el apetito, dificultades para dormir, fatiga, irritabilidad, ansiedad, depresión, falta de concentración, dolores de cabeza y tensión muscular. También pueden presentarse síntomas físicos como palpitaciones, sudoración excesiva, problemas digestivos o disminución de la libido. Si experimentas varios de estos síntomas de manera persistente, es importante buscar apoyo médico o de un profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo.